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Real, Pontificia, Antiquísima, Ilustre, Franciscana y Penitencial Hermandad y Cofradía del Señor Atado a la Columna y de Ntra. Sra. de la Fraternidad en el Mayor Dolor

VISITA A LOS INTERNOS DE LA CÁRCEL DE DAROCA

Por segundo año consecutivo hemos tenido la oportunidad de acceder al Centro Penitenciario de Daroca. De nuevo una experiencia irrepetible y que si puedes, aunque pienses que te pueda resultar «incómoda», no debes dejar la oportunidad de vivirla. Cuando lo hayas hecho, la bidireccionalidad de dar y recibir llenará tu espiritualidad de cristiano comprometido con algunos de los que te necesitan….¿Te lo vas a perder? ¿A que esperas a apuntarte para el próximo año?

Al igual que el pasado año, el frío de la mañana, nos iba recibiendo a nuestra llegada al control de acceso del recinto cerca de las 9 de la mañana del pasado sábado día 17 de febrero de 2013. Los pocos grados sobre cero de la soleada mañana convivían con nuestros hábitos, instrumentos y con el apresurado acicalado de la imagen de Nuestra Señora de la Fraternidad en el Mayor Dolor. La identificación y la entrega de los carnets de identidad, las llaves de los coches, y recibir las últimas normas, dieron inicio a esa sensación indescriptible de la apertura, una tras otras, de las tres grandes puertas que nos separaban de los que por diferentes motivos, carecen de libertad tras los altos muros de ladrillo y alambradas que rodean todo el recinto.

Una vez abierta la última de las puertas, nos acercamos a los internos que habían sido los «seleccionados» para acompañarnos portando nuestra Virgen y rezando con nosotros el Vía Crucis por varios de los módulos del Centro. (decimos «seleccionados» porque por seguridad no es posible que nos acompañen todos los internos que lo solicitan).

Un momento especial es la salida por uno de los Patios de la cárcel, en donde sí que hay más internos, incluso de otras religiones y nacionalidades, que observan con absoluto y respetuoso silencio nuestro paso y pequeña procesión; aquí rezamos una de las estaciones del vía crucis, observados por otras siluetas desde las enrejadas ventanas que con el mismo respeto observan nuestra salida del soleado patio.

Finalizando las estaciones del Via Crucis, entramos al salón de actos del centro en donde terminamos nuestro recorrido. Allí celebraremos la Eucaristía junto a los internos que nos han acompañado y participaremos con ellos cantando con nuestro coro, que también particpó en el acto, rezando juntos, y rompiendo la barrera de libertad que nos separa.

Tras la finalización de la celebración, las despedidas, en algún caso con un sentido «os esperamos el año que viene….», y la sensación interior de la buena acción que hemos realizado, salimos del centro recuperando nuestra «libertad perdida».

Al igual que nos sucedía el año pasado, es una sensación dificil de olvidar; el dar y recibir, con unas sencillas horas de tu vida, puedes hacer que otros que lo necesitan se sientan por un ratito reconfortados y más libres.

Os adjuntamos unas fotografías de nuestro Hermano Elías Alonso que recogen diferntes momentos del día vivido.

     
     
     
     
     
     
     
     
 

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