Se convoca capítulo general ordinario para el día 16 de marzo de 2025, a las 10:30 horas, en el salón de actos de las RR.MM. Escolapias (c/Teniente Coronel Valenzuela)
La importancia de hacer vela ante el Santísimo
La importancia de hacer vela ante el Santísimo: rezarle, hablarle, contarle nuestra vida, contemplarlo, amarlo.
La Eucaristía es el sacramento instituido por Jesús en la Última Cena, cuando ofreció a sus discípulos el pan y el vino como su Cuerpo y su Sangre.
¿Qué pretendió significar Jesús con este signo? Trató de dar a sus discípulos participación en su propio destino y hacer comunión en y con ellos, para que pudieran imitarlo y seguirlo. No fue solo una interpretación del hecho inmediato de su muerte, ya que, ¿qué sentido, podría tener que nos ordenara que repitiéramos? “Haced esto en conmemoración mía». Una interpretación, si la interpretación ya está, ¿para qué repetirla?
Su intención es que quería hacerse presente en todo tiempo y lugar mediante ese sacramento Cristo es la salvación “ya y por siempre” pero, aunque ésta se realizó en su muerte por amor y su resurrección, se renueva y actualiza en la comunidad eclesial en la eucaristía por la acción del Espíritu santo en la consagración del sacerdote, y así, Él sigue dando en las especies eucarísticas del pan y el vino de una manera real, verdadera y sustancial.
Esta presencia de Cristo en los dones del pan y el vino no es aparente, es real, pero no en su sentido biológico, sino escatológico, es decir, espiritual y personal, que incluye la corporalidad, pero tal como es propia del resucitado.
Si alguien nos pregunta cómo será nuestro cuerpo en el cielo, es un cuerpo espiritual, es decir, “somos nosotros mismos”: nuestra persona, con todas vivencias, sus amistades, familia, relaciones, como en nuestra vida terrenal que, aunque nuestro cuerpo no es el mismo con diez, treinta y cuarenta años, tenemos una identidad personal inequívoca, individual e intransferible, ese será nuestro “cuerpo” espiritual.
Por eso, como en el pan y en el vino que se guardan en el Sagrario, está real, verdadera y sustancialmente Jesucristo, es digno que le otorguemos el máximo culto: “de adoración” y la postura que debemos adoptar, si no tenemos un impedimento físico que es el de estar de rodillas.
Por ello hacer vela ante el Sagrario adquiere una importancia vital, porque es estar ante y con el Señor flagelado y resucitado, mientras que en nuestras queridas imágenes titulares no hay una presencia real de Cristo, solo una imagen material de Él que nos tiene que llevar ante el Sagrario, a la comunión eucarística y a la comunión de vida con Él.
Armando Cester Martínez